Encontrar nuestra vocación, aquello que enciende el alma. Desde muy temprana edad Juli tuvo contacto con el arte gracias a una sensibilidad a flor de piel. La fortaleza de su empeño y su tenacidad unidas con un espíritu libre que se animó en reiteradas ocasiones a dar saltos de fe, a seguir lo que su intuición le sugería. Abierta al cambio, dispuesta a experimentar, a jugar con distintas disciplinas, explorando las posibilidades de disfrute que cada una le otorga. Crítica y reflexiva, piensa en su trabajo y en el camino trazado.
La dulzura de su voz se traslada a su obra, se materializa en su búsqueda por captar lo que de su entorno la interpela y desde ese lugar se brinda.
HDA: ¿Quién sos y qué hacés?
JO: Soy Julieta Oro y pinto. Soy pintora.
HDA: ¿Cómo fueron tus inicios en el arte?
JO: Empecé a la par del secundario, alrededor de los catorce, con la música. Como mi mamá toca la guitarra, siempre había mucha música en casa. Primero tomé clases y al toque quise entrar al conservatorio. Cuando terminé el secundario había hecho ya bastante del conservatorio y me quedaban únicamente lo que se conoce como “años superiores” entonces seguí el impulso. Conseguí una beca para estudiar en el sur , en General Roca. Estudié en una universidad de ahí Dirección Coral. Para ese momento se habían esfumado las ganas de tocar el instrumento, como si lo hubiese agotado. No sabía bien qué quería de la música, entonces empecé a buscar. Al otro año me vine a Buenos Aires y seguí estudiando música en el IUNA(Hoy en día y desde el 2014 reconocida como UNA: Universidad Nacional de las Artes) , dos años más con Dirección, pero para ese momento ya no me sentía cómoda. Me encanta la música, pero escucharla más que hacerla.
De repente un día debajo del departamento dónde vivía vi un local donde daban clases de arte decorativo , de esos donde pintan cajitas y portarretratos, tomé dos clases y me acordé que de chica había pintado un poco y decidí anotarme en pintura.
HDA: ¿Entonces incluso antes de haber incursionado con la música habías pintado?
JO: Sí, pero muy poco. Fui a un taller de cerámica en mi barrio, pero no lo tenía muy presente porque la música había ocupado ese lugar, el hobby era la música. Fue un salto al vacío anotarme en Artes Visuales en el IUNA porque no sabía nada, nunca había dibujado (risas). En el preingreso te dan un curso y me encantó.
HDA: ¿Cómo es la formación en visuales en la UNA?
JO: Podes hacer el profesorado o la licenciatura y yo hice la licenciatura. Podés elegir dibujo, escultura, cerámica. Tuve una intuición y me anoté de una en Pintura porque me gustaba. La carrera es mitad teórica y mitad práctica. Vemos Historia del Arte, de la Cultura, un poco de Filosofía. Me gustó todo. Como no venía de un secundario artístico, todo era nuevo para mi.
HDA: ¿Pensás que alguno de esos artistas o movimientos que estudiaste podrías haberlo tomado como referencia o fuente de inspiración?
JO: Sí. En la parte final de la carrera, hay una materia que se llama Proyectual donde ya empezás a pintar lo que querés, no los ejercicios para aprender a pintar. Pintás las ideas que traés y les docentes te acompañan. En ese momento, al principio, me sentía cercana a les expresionistas alemanes y a la neofiguración. Me gustaban De la Vega (Jorge) y Noe (Luis Felipe Noé) y pintaba más gestual. Después uno va cambiando un montón. Más tarde me empezaron a gustar los pintores Prerenacentistas italianos, como Piero della Francesca y Fra Angelico. La pintura me gusta toda, me gustan muchas cosas. Según la etapa que esté atravesando y cómo me relacione con mi forma de pintar en ese momento me fanatizo con uno o con otro.
La pintura me gusta toda, me gustan muchas cosas. Según la etapa que esté atravesando y cómo me relacione con mi forma de pintar en ese momento me fanatizo con uno o con otro.
HDA: ¿Notás cambios en tu obra en tu forma de pintar?
JO: Sí, claro. Hay pinturas de etapas que siento que ya no me representan. Hay toda una primera etapa , más gestual o informalista, que ya no me identifica. Esas pinturas las tengo guardadas.
Encontré mi manera de pintar hace poco. Lo que estoy haciendo ahora tiene que ver con el arte local. Me identifican artistas que trabajan con sus lugares, sus provincias.
HDA: ¿Cómo describirías el proceso creativo? ¿Cómo es en tu caso el momento de creación?
JO: Son dos momentos. El que me vienen las ideas y el momento de pintar, que lo veo como un oficio. No me pasa en simultáneo, no subo al taller y tengo una idea y me pongo a trabajar, sino que cuando subo al taller con el tiempo para trabajar ya tengo la idea pensada y bocetada.
HDA: Respecto a la inspiración, ¿tenés alguna especie de ritual?
JO: En mi caso fue un autoconocimiento. Significó entrar en una de introspección y empezar a detectar en qué momentos conectaba más con lo que estaba viendo. Intento incluir en mi rutina ese tipo de cosas que me ponen en ese estado, por ejemplo salir a caminar. Entonces veo algo que me llama la atención y lo convierto en una pintura. Llevo libretitas en mis bolsos y anoto o hago bocetos chiquitos para usar cuando tenga el tiempo para pintar. A veces saco fotos. También andar en bici, ir al río o leer. Estar ocupada en algo manual, que hace que la cabeza descanse, también ayuda.
En momentos de bloqueo subo al taller igual y pinto lo que tengo enfrente. En el hacer aparece algo.
Cuando empecé a pintar era algo más bien corporal, estar en la tela y ver hacia dónde me iba llevando y después fui de a poco encontrando mi propio método. Me di cuenta que me venía mejor o me salía más lo que quería hacer cuando pensaba la pintura de antemano, porque al pasar a la tela ya tenía varias cosas resueltas.
Creo que para todes les artistas la tela en blanco es tremenda. Pero a mi también me entusiasma, no me angustia tanto, intento ir con pilas. También hay otros factores que influyen, como el hecho de que la tela sale cara y está la presión de no arruinarla.
HDA: ¿Usarías al arte como una herramienta política o pensás que tu búsqueda no va por ese lado?
JO: Creo que el arte es político en sí. Quizás desde la narrativa no me veo haciendo arte político, pero creo que desde una toma de posición con respecto a qué y cómo pintas, en relación a qué pintores/as uno se piensa, se pone en diálogo, son todas decisiones políticas.
HDA: ¿Cómo describirías el medio artístico actual en Argentina?
JO: Me encanta lo que pasa acá, me nutre mucho. Hay buenos artistas y preguntas interesantes. Admiro a les jovenes y a artistas ya consagrades. Me resulta muy enriquecedora la escena. Pasan millones de cosas en simultáneo.
HDA: Recientemente tuviste tu primera muestra individual, ¿cómo llegaste a eso?
JO: Había hablado con Maggie que es la directora de Talenta un tiempo antes, me preguntó por mi obra, intercambiamos unos mails y quedó latente. A principios de este año me escribió Gaspar (el curador de la muestra) que estaba trabajando en Talenta y empezamos a charlar.
HDA: Me interesa el tratamiento del color en tu pintura, ¿podrías hablarme al respecto?
JO: Es lo que más me interesa trabajar. Cuando pienso las pinturas , las formas son siempre lo más simples posible, las composiciones no son complejas. Me encanta que sean sintéticas y despojadas, austeras desde lo formal, me sirve para hacer planos de color, como si la pintura fuese más táctil que visual. Lo que más felicidad me da cuando estoy pintando es poner un color al lado del otro y veo que vibran bien. Trabajo con los complementarios y me gustan las paletas de grises. Me gusta jugar con algunos valores muy altos, con saltos y luego con pasajes sutiles, con cambios de colores que pasan más desapercibidos.
“Para que se complete la vida de la pintura necesita que la vean, que la muestres”.
Agradecemos a Juli por permitirnos conocer su taller en Zona Norte, donde trabaja en su obra y da clases.
Por Camila Dávila.
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