En la ciudad de las diagonales, entrevistamos a Manoloide (Manolo Gamboa Naon), programador pero que diseña ¿arte generativo?
Hijas del Arte: ¿Qué es el “arte generativo”?
Manoloide: Es un arte creado desde el lenguaje mismo, desde el código. Creo un sistema de reglas para generar imágenes. Entonces, yo diseño un programa, un universo de reglas, que se traduce en imágenes. Automatizo ciertas procesos y operaciones, aleatorizo algunas de las decisiones, para obtener diferentes resultados dentro de un mismo universo.
¿Entonces, es como una creación compartida con la computadora?
Claro, es un diálogo. Yo no dibujo, redacto textos, reglas y órdenes específicas que la PC interpreta y las traduce en infinitas imágenes. Lo que yo capturo son “variaciones”. Cada vez que hago correr el programa obtengo resultados diferentes. A partir de las primeras imágenes voy modificando las órdenes para lograr lo que imagino. Puedo cambiar la paleta de colores, las formas. Voy construyendo la obra de un modo interactivo según lo que me sugiere en el momento.
¿Qué programas usás?
Uso Processing. Es un lenguaje de programación diseñado para artistas, resultado de un grupo de investigación del MIT (2001) que fue creciendo. Es muy accesible ya que fue pensado desde un punto de vista educativo.
¿Vos te considerás dentro de los “millennials”?
Sí, podría decirse. Nací en la era digital. A los cinco años me senté en la compu porque mi papá es Físico, y había una computadora en casa. Mi mamá es historiadora del arte. Desde muy chico uso la compu y siempre me gustó probar cosas. Me crié con los videojuegos. Después empecé la carrera de Ingeniería en Computación, porque quería programar, pero me pasé a Bellas Artes a Diseño Multimedial (3 años).
¿Qué pasó con la facu?
Como que no me hallaba en la carrera, me cuesta mantener los horarios, las rutinas. Quizás soy muy exigente y no me sentía cómodo. No estaba claro si hacíamos arte o diseño. Es decir, hay una diferencia: si apuntás a un usuario o a lo que vos querés expresar.
¿Trabajás como programador?
Trabajé en publicidad, haciendo stands interactivos para Tecnópolis. También programando videojuegos. Ahora soy freelance para una estudio alemán: https://www.onformative.com/. Es exigente, tienen otro ritmo, pero me gusta.
¿A qué se dedican?
A la publicidad, hacen stands. Venden el arte para esas presentaciones y trabajan desde la programación, con “datos”.
Haciendo una relación con el diseño, ¿podríamos decir que trabajás siempre en imágenes vectoriales?
Sí, quizás… Ahora quiero incorporar texturas, pero siempre tienen definición, no se pixelan (jajja). Me gusta pensar que son como mundos en los que puedo meterme, recorrer. Desde el código puedo imaginar una cámara a la que voy moviendo. A veces pienso que saco fotos de un viaje (virtual).
¿Te gusta viajar? ¿El viaje como estilo de vida?
Sí, me encantaría. El año pasado estuve en Europa en varias ciudades. Me encantaron los museos. De chico miraba esas obras en los libros y pude conocerlas. Me impactaron. Pero hay como una visión en eso de ser informático y trabajar por el mundo. En realidad, cada trabajo me lleva mucho tiempo (a veces, hasta 14 horas seguidas) y necesito muy buena conexión a internet. Justamente ahora estoy ahorrando para viajar quizás el próximo año.
¿Se puede diseñar realidad virtual desde los códigos?
Sí, hay gente que lo hace. A mí no me interesa en este momento porque la imagen fija me permite detenerme en los detalles. Corrijo todo el tiempo. Siento que todo está cambiando todo el tiempo, lo descartable. Veo esas imágenes como que ya son viejas, los trabajos que hice el año pasado ya no existen para mí. Creo que en el arte siempre hubo una idea de perdurar en el tiempo, pero todos sabemos en unos años vamos a estar haciendo otra cosa.
¿Y se puede vender obra digital?
Sí, de hecho ahora vivo de eso. Como freelance se cobra por hora de trabajo. Como artista vendo las impresiones a gran tamaño enmarcadas o el archivo digital.
¿Tenés algún artista que te guste especialmente?
Cuando era chico mi papá compró un libro: El espejo mágico de Escher. Creo que este libro me marcó, estaba en mi casa y en la adolescencia me lo regaló. En Madrid, después de un viaje larguísimo casi sin dormir, iba caminando y me topé con una retrospectiva de Escher: mi artista preferido. Ahí me acordé de Benjamín -que lo había leído en la facu y mucho no le creía-, pero es verdad: estar frente a los dibujos originales, descubrir los rasgos y los detalles en esas obras, me impactó hasta las lágrimas.
Para cerrar, les compartimos estos artistas que nos pasó @manoloide:
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