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La inmersión sensorial como narrativa - entrevista a Eva Ortemberg



Primera piel ó Festín de naranjitas
Primera piel ó Festín de naranjitas

HDA - Primera piel combina performance, instalación y videoarte. ¿Cómo surgió la idea de fusionar estas disciplinas para crear una experiencia sensorial?


EO- Es un proceso que se viene construyendo a partir de varias obras y experiencias. Un lenguaje que me interesa explorar desde diferentes perspectivas. Me interesa la simultaneidad, la conjugación de disciplinas en un único hecho artístico que las englobe y que las trascienda. Lo sensorial va más allá de la categoría de la disciplina, apunta a la experiencia humana. El lenguaje performático en ese sentido es muy propicio para la fusión. 


HDA - El público es invitado a participar activamente. ¿Qué te inspiró a diseñar esta interacción tan íntima y abierta?


EO - La desconexión que vivimos como sociedad, la hiperconectividad que termina llevando a una apatía. Toda la pieza apunta a sentir, a la presencia, a la apertura a la escucha y los sentidos. La performance y el arte escénico te permiten proponer un diálogo en presencia con el público. La participación activa del público en este caso opera como un teatro invisible, no se dan cuenta de que forman parte de la obra y eso lo vuelve altamente performático. La realidad es parte de la acción dramática. Esa participación lo vuelve un ritual celebrativo, una trascendencia de los límites de lo artístico a la experiencia de vida. 


Performance en el espacio HDA
Performance en el espacio HDA

HDA - La sincronización entre los elementos visuales, la música y el cuerpo es esencial en la obra. ¿Cuál fue el mayor desafío técnico o creativo al integrar estos componentes?


EO - La investigación implica empezar a crear con medios a veces desconocidos, ir desarrollando un lenguaje que a priori no tiene todavía una forma establecida e ir paulatinamente descubriendo la técnica que ese nuevo lenguaje necesita. 

Dejé que el caos operara, sin controlar el resultado. Dejarse guiar por el deseo es un camino a ciegas, de apertura a la experiencia pura. Tiene que ver con encontrar la estructura interna de la pieza y eso se basa en la tensión dramática. La tensión dramática que no se maneja solamente con el trabajo actoral si no con todos los lenguajes que la componen, la tensión musical, la espacialidad, la dosificación de la información visual. Hay una narrativa sin palabras que ordena las piezas, una síntesis. Pero a eso se llega permitiéndose la exploración libre. 





HDA - ¿Qué rol juega la relación con los cinco sentidos en tu proceso creativo y cómo influye en el público?


EO - La sinestesia es algo que sucede en toda experiencia humana. Nos pensamos del torso para arriba, no registramos nuestra espalda, nuestra identidad se centra en el rostro y los gestos de las manos, como mucho en la forma de caminar. Configuramos nuestra imagen como una selfie andante. Pero existimos en 360 grados. El cuerpo comprende muy fácilmente la multiplicidad de sensaciones sensoriales, más de lo que nos imaginamos. Despertar los sentidos nos permite desjerarquizar la percepción, especialmente la visual. Activar esa sensibilidad en la gente es una manera de recordarles que están vivos.

 


Parte de la performance en el espacio HDA
Parte de la performance en el espacio HDA

HDA - Además de la dirección, también contribuyes con tu voz en vivo. ¿Cómo describirías el impacto emocional que este elemento aporta a la experiencia?


EO - El primer impacto lo vivo en primera persona. Hay un sentido político detrás de usar mi voz en escena, el de un permiso interno de expresión. La voz es un lugar común en mis trabajos. Desde el dibujo hasta el cantar, la palabra hablada, el lenguaje inventado, como en Nera. La voz como huella digital de la expresión de quien uno es y el lugar más íntimo de conexión con otro, incluso más allá de la comunicación verbal. En la voz hay verdad porque no puede ocultar lo que a uno lo atraviesa. Conectar con el  público a través de la voz también es arrullar, cantar al oído, transmitir directamente las emociones. La presencia de la voz funciona como un  narrador omnisciente, un  superyó posicionado  detrás  del  público que lo “contiene” y guía la narrativa de toda la experiencia. De esta forma se desjerarquiza la presencia del cuerpo en escena. Lo corpóreo se percibe en diferentes planos. La voz es un cuerpo en sí, la imagen es otro, el cuerpo de la performer en escena es otro y así se configura una única entidad.


HDA - ¿Qué esperabas que el público se lleve consigo después de participar en Primera piel?


EO - Una experiencia de celebración y de unión. Una experiencia fresca y sincera. 



HDA - En términos de tu trayectoria, ¿cómo potencia esta obra a tu exploración artística y hacia dónde te gustaría llevarla en tu carrera en el futuro?

EO - Esta obra me abrió los ojos en cuanto a las posibilidades técnicas y expresivas con las que puedo jugar. Me gusta expandirme y siempre desarrollar nuevas habilidades, encontrar medios cada vez más creativos para decir las cosas. Quiero potenciar el lenguaje de la instalación performática, me interesa particularmente por la permeabilidad y la simultaneidad con la que me permite trabajar.


HDA - ¿Querés agregar algo más?


EO - No. 


Clara Andrés: Intérprete creativa.
Clara Andrés: Intérprete creativa.

Ficha técnica:

 

Eva Ortemberg: creación, dirección,

video-mapping y canto en vivo.

Clara Andrés: intérprete creativa.

El Festín, Martin Macri, Alexander

Lopez Soares y Gabriel González: música en vivo.

Martina Prystupa: poesías.

Caro Becerra: producción ejecutiva.

Candela Sanchez Antelo: producción de campo.

Diego Lápiz: fotografía y video.

Duración: 40 minutos

 


@eva.ortemberg

 

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