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Sobre la convocatoria al 111.° Salón Nacional de Artes Visuales 2023


Una búsqueda por visibilizar, abrir y facilitar caminos, tener en cuenta historias de vida e identidades disímiles, alejadas de lo que por siglos el canon definió como la figura del artista-genio. Desde que asumió como directora del Palais de Glace, Feda Baeza se propuso dar un aire renovado a una institución prestigiosa, pero un tanto anticuada. Modificar discursos basados en la competencia, la excelencia y el mérito y sustituirlos por una intención de conformar una red de apoyo, donde se compartan intereses y en ese compartir se amplifique nuestro potencial. Les artistes sentían a la institución lejana y en eso consiste el proyecto de su gestión: acercar organismos que parecen estancos y hacerlos funcionales hoy.




HDA: ¿Podrías comentarnos acerca de la convocatoria para el certamen del Salón Nacional de Artes Visuales?


FB: Ahora estamos trabajando en la inscripción del salón para les artistas. Primero, hubo un proceso que fue para les candidates a jurades.

El Salón Nacional de Artes Visuales es una especie de pequeño Parlamento. En este sentido es importante convocar a muchas personas porque no tenemos un criterio único para pensar el arte, lo que necesitamos es un campo expandido donde la gente se ponga en discusión a partir de intereses diversos. Primero fue una apertura a candidates a jurado donde se presentaron casi 150 personas. Fue todo un trabajo que hicimos en abrir los espacios, para que así se presenten asociaciones de artistas, espacios autogestivos, universidades nacionales e institutos de formación que sean de todo el país. Reorganizamos un montón el reglamento porque además incorporamos instancias más federales y dividimos el país en regiones. Hubo una labor de re-pensamiento que fue un poco la lógica de los cupos: 50% gente de las provincias, 50% femeneidades y 5% de participación de personas no binarias y travestis–trans. Y, por otro lado, ampliar la convocatoria a muchas instituciones y espacios que presenten candidates de jurades, y ahora estamos en el tramo de la inscripción.

Este es un concurso que tiene más de 110 años, fue un lugar muy fundante del campo artístico institucional, es decir, en el siglo XIX se genera el Museo de Bellas Artes, La Sociedad Estímulo, El Salón Nacional con toda esta lógica de la generación del 80 de generar un campo artístico. De hecho el salón en un momento era mercado también, las obras se vendían, estaba arquitectura, artes decorativas, es decir esas estructuras de disciplina fueron cambiando a lo largo de la historia. Y un poco la marca que nosotras quisimos dejar es este intento de re-adecuar y repensar la lógica del salón y pasarla de esa estructura, digamos, como del mérito y de la legitimidad para hacerlo un espacio más amplio donde convivan distintas generaciones, donde se presenten artistas jóvenes y también personas grandes, para que tengan esa conversación. Un poco lo que estamos intentando es que la gente no piense que para presentarse al salón hay que tener mucha trayectoria o muchos antecedentes, si estoy validade, etcétera; sino que lo tome como un lugar, que se apropie del lugar y que empiece a hacer sus propias herramientas. Inscribirte en cualquier premio es un modo de pensar lo que hacés, de poder contárselo a otras personas y de saber seleccionar dentro de lo que haces, qué es lo que te parece que puede ser visible separado. La instancia de presentar un premio es bastante particular.


HDA: ¿A qué se debe esta particularidad?


FB: Es particular porque tenés que presentar algo que tenga un tipo de completitud en sí misma. Si sos pintora, por ejemplo, tenés que presentar una obra que de algún modo resuma algo de tu búsqueda en una cosa. Es un ejercicio porque no todas las obras toman algo y te cuentan un poco cómo es la búsqueda que hacés.

Entonces ese ejercicio de pensar, de editarse y comentarse, de también la cosa burocrática de presentarse y de acostumbrarse a estar en diálogo con el resto de tus colegas, así si quedás seleccionade en el Salón, después ves al resto de las personas. La mitad son personas que no vienen de la Ciudad de Buenos Aires, que no exponen en espacios institucionales como el Kirchner (CCK), como el Borges (Centro Cultural Borges), como la Casa del Bicentenario, entonces se busca darles acceso.

Nos propusimos que las instituciones no sean reservorios o lugares solo de legitimación o sacrales, sino usarlos y tener esa experiencia de diálogo con la gente de producción sobre cómo gestionar la obra, cómo se envía, todas esas cosas que aportan un poco de experiencia.



HDA: ¿Cuáles fueron los cambios que aplicaron al Salón para convocar a más artistas?


FB: También fuimos cambiando las estructuras de las disciplinas, por ejemplo, abriendo espacios. Lo que antes era grabado lo abrimos a gráfica para que se presente gente que también hace fanzines, que hace publicaciones y que tiene una idea de la gráfica más amplia. Abrimos un espacio, una categoría que se llama Espacio No Disciplinario, que apunta a que también se presenten personas que tal vez tienen una práctica artística que no se resume finalmente en un objeto material, porque es una performance o porque es un proyecto educativo artístico, porque es un trabajo con comunidad, etcétera y que también tengan un lugar, que no sea solo la idea de que hay un objeto artístico que es evaluado.

Nosotras reescribimos el reglamento a partir de: primero hicimos encuestas a la gente que se presentaba. Más o menos se presentan casi tres mil personas por año. Entonces, primero, encuestas para entender cuál es nuestra comunidad, qué nivel formativo tienen, qué identidad de género tienen, qué ingreso han tenido al trabajo.

Qué disciplina, si quieren que haya disciplinas, si quieren que no las hayan, etc. Después hicimos todo un proceso de conversaciones durante el final de la pandemia por Zoom, mensaje debate, reflexiones, llamamos a organizaciones sociales, a gestores culturales, a curadores y a artistas a que se sumen a esas mesas como para repensarse.

Después de eso reescribimos el reglamento. Teníamos un promedio de edad de artistas que se presentaban a los 45 años, lo que estamos queriendo es que esas brechas generacionales sean más amplias. ¿Tenés más de 18 años? Ya te podés presentar.

Lo fuimos logrando porque, por ejemplo, la primera convocatoria después de que hicimos la encuesta logramos que el promedio de edad baje un 30%.

Es un campo diverso, amplio. No es un lugar donde simplemente se premia a la excelencia y el mérito. Es un lugar para que podamos compartir. Es un espacio en común. Ese es el espíritu de todo esto.

Les queremos animar a participar a todes.



HDA: ¿Cómo se evalúa?


FB: Bueno la gente cuando se escribe elige una parte de les jurades que le van a evaluar. Ingresan a la página, ven el listado de la gente y sus CV. Es parte de la tradición del salón, pero nosotres lo que intentamos fue ampliarlo más. Entonces hay un esquema de preselección integrado por tres jurades: por un lado 2 representantes elegides por el voto de les artistas participantes según la región en la que se inscriban entre una lista de candidatos y candidatas propuestos por Asociaciones, Institutos, Universidades con carreras de arte y Organismos Culturales. Se establecen 7 regiones, 1 Jurado por región. Les 3 integrantes de cada Jurado Regional eligen a 1 representante. Y por el otro lado 1 representante designade por el Ministerio de Cultura del mismo listado de candidatas y candidatos.

La idea es que esas personas no solo hacen la pre-elección, sino que motorizan. Motorizan su escena artística. Por ejemplo, la gente que está en la NOA intenta que les artistes del NOA se presenten, les incitan. Cuando conocés a la persona que te va a evaluar te animás más. Eso es lo que queremos hacer. Y bueno lo vamos logrando, es decir, los números de inscripción en estos tres años fueron aumentando. Tuvimos muy buena repercusión.


HDA: Así como tuviste el aval de muches, me imagino que también te encontraste con detractores.


FB: Y sí, muches, palomas y halcones. Fue un proceso bastante fuerte, digamos, tuve un costo personal alto. Porque también me han atacado personalmente.


HDA: Increíble que mezclen lo personal con lo profesional, en lugar de expresar su desacuerdo.


FB: También está bien que haya gente en desacuerdo, discutir y usar esa escena; en definitiva, la escena política es la escena de la discusión. Entonces está bien que las políticas culturales se discutan y que haya gente que piensa otras cosas, digamos, hay intereses diversos.

El tema es que se animen a ponerse en conversación. Nosotras lo hicimos cuando hicimos todo este proceso cuando, por ejemplo, para el reglamento, convocamos a mucha gente que no estaba de acuerdo con nosotres, que pensaba otras cosas totalmente diferentes. Y les dimos lugar porque, digamos, no se trata de quienes piensan como nosotres, si no, insisto, de la responsabilidad del espacio público que tiene que ser una escena donde la gente se ponga de acuerdo, discuta y se enfrente. Es parte de la vida pública y también de la vida del arte.

Claro que hubo momentos de mucha tensión. Por ejemplo, uno de los momentos más complejos que para mí marcó un poco el inicio de mi gestión fue cuando hicimos esa encuesta. Cuando hicimos la encuesta sobre la gente, una de las cinco partes preguntaba por las identidades de género y yo, cuando asumí en el Palais, una de las cosas que hice fue convocar a Marlene Wayar que es una activista travesti- trans con mucha trayectoria en el campo a que sea coordinadora de educación del museo. Junto con Marlene, pensamos un mapa de identidades y orientaciones sexuales. Un poco intentaba nombrar a los colectivos que se pusieron en juego; y aparecían palabras como marica, por ejemplo, que para nosotres tiene la carga de ser una palabra local, de ser diferente a lo gay global, de tener marcas que tienen que ver con marcas de clase, con marcas étnicas, con marcas geopolíticas, que además es un como un escudo, al igual que travesti. Fueron palabras generadas para estigmatizarnos, los colectivos las tomaron, se las apropiaron y las usaron como emblema.

Pusieron el grito en el cielo, hubo una semana que salió en 15 medios nacionales.

En un lugar que tenía tanta tradición conservadora eso era un escándalo. Fue un momento complejo en el que además salimos a dar la cara con Marlene, con Eugenia González (coordinadora del Palais de Glace) que también que participa en ese proceso de re-pensamiento del Salón y todo el equipo. Hicimos un vídeo para explicar por qué estábamos haciendo lo que estábamos haciendo, qué sentido tenía.

Esas encuestas tenían un valor confidencial. Estaban amparadas bajo la ley de datos que recoge el Estado, así como el censo. No estaban unidas a tu postulación. Era un modo de entender porque esas estructuras de género son estructuras de desigualdad en las sociedades. Si no tenés el mismo acceso a la educación, no tenés el mismo acceso al trabajo, no tenés el mismo acceso a un montón de cosas, entonces es necesario qué nosotres ponderemos esas posibilidades que vos tuviste y las que otra persona no tuvo para generar políticas que intenten promover un horizonte de mayor igualdad.

Y ahí también pasó de todo. Hubo muchas críticas, pero también hubo mucha gente, por ejemplo, ese año de las 3000 personas, se presentaron 400 personas que se identificaban con otras identidades de género y eso fue un apoyo muy fuerte.

Cuando vos te enfrentas a esas reacciones conservadoras con convicción también recoges ese apoyo simultáneamente. Y entonces el proyecto empieza a ser colectivo. No es tu proyecto, es el proyecto que vos proponés a la comunidad que lo abraza y que lo hace suyo.

Eso empezó también a darle otro lugar. Es decir, el salón había quedado en un esquema de personas que eran jurades, que se premiaban a sí mismas, que iban rotando en los lugares para finalmente obtener las pensiones. El Salón otorga ocho pensiones que son cinco jubilaciones mínimas por cada pensión, lo cual no es poco porque te la dan desde los 60 años hasta que te morís. O sea, te cambia la vida. Es decir, de repente vos tenés un salario que para artistas que no han tenido un ingreso fijo durante toda la vida que les llegue eso a los 60 años es un reconocimiento y es una posibilidad de trabajar diferente. Entonces había mucha atención con ese reparto. Fue desarmar esa estructura, que se había enquistado que se había vuelto muy endogámica, gente que se reproducía.

Es plata del Estado, que tiene que ser discutida y repartida entre todos los sectores, no uno solo. Y eso no significa expulsarles, significa que entiendan que son una parte de esa comida.




Desarmar para construir desde otro lugar, hacerse cargo del estado actual y asumir la responsabilidad de transformarlo. Revisar el pasado y sus estructuras para, de alguna manera, recompensar a les que por décadas fueron excluides. De eso se trata: de abrir puertas en pos de un reconocimiento y apostar por un devenir de una escena artística más heterogénea y por lo tanto más desafiante e inmensamente más rica.




Hasta el 14 de mayo está abierta la inscripción para artistas de todo el país a los Premios Salón Nacional de Artes Visuales y al Premio Nacional a la Trayectoria Artística en el Registro Federal de Cultura somos.cultura.gob.ar



Respecto a las distinciones


Se entregan 54 premios en total, ocho pertenecientes al Premio Nacional a la Trayectoria Artística y 46 a los Premios Salón Nacional de Artes Visuales, de los cuales 3 son premios adquisición y 43 no adquisición (por categorías). En total se repartirán más de $13.000.000 en premios.


Premios Salón Nacional de Artes Visuales

Dirigido a artistas (y colectivos de artistas) argentinxs o extranjerxs con 2 (dos) años o más de residencia legal en la República Argentina, mayores de 18 años.


Se distinguen las tres mejores obras del conjunto de categorías (que pasan a integrar la colección de arte del Palais de Glace – Palacio Nacional de las Artes) y las mejores obras no adquisición de cada disciplina artística.


Comprenden las siguientes categorías: Artes del Fuego, Dibujo, Escultura, Fotografía, Gráfica, Instalaciones y Medios Alternativos, Pintura, Textil y Espacio no Disciplinario. Se entrega un primer premio a la mejor obra de cada categoría y luego se establecen, de acuerdo a un criterio de ponderación, la cantidad de segundos y terceros premios.


Premio Nacional a la Trayectoria Artística

Destinado a artistas argentinxs nativxs o naturalizadxs, mayores de 60 años.


Premia la trayectoria de ocho artistas vivxs argentinxs nativxs o naturalizadxs mayores de 60 años, quienes reciben una pensión vitalicia que consta de cinco jubilaciones mínimas. Asimismo deben ofrecer en donación al Ministerio de Cultura hasta cinco obras relevantes de su producción, una de las cuales es seleccionada por el Jurado y pasa a integrar el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes.



Se otorgarán 3 premios adquisición y 43 premios por categorías artísticas. En total se repartirán más de $13.000.000 en premios.




Participamos de esta entrevista


Feda Baeza: directora del Palais de Glace, Palacio Nacional de las Artes, desde abril de 2020. Doctora en Historia y Teoría de las Artes en la Universidad de Buenos Aires.


Camila Dávila: estudiante de la carrera de Licenciatura en Artes en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Lectora aficionada y curiosa por naturaleza, empezó a colaborar con HDA en esta nueva sección.


Un especial agradecimiento a Jana Fanjul, que es socia fundadora y directora de Hijas del Arte (HDA), un espacio dedicado a la difusión de arte contemporáneo, digital y generativo argentino, a Karina Otranto Bavio y a Milagros Valentini que estuvieron presentes y colaboraron activamente en la organización de este encuentro.




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