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Entrevista a Nicolás Ojeda, artista sonoro

HDA: Contanos quién sos y qué hacés:


Nico: Soy artista sonoro, investigador y guía de naturaleza. Nací y vivo en Chaco. Mis trabajos artísticos parten del sonido, la naturaleza y las nuevas tecnologías, cobran forma en instalaciones, objetos, sonomontajes, esculturas y videos. Por el entorno que habito, me siento cercano a sonoridades y visualidades del monte. No me considero músico, pero ordeno, produzco y reproduzco sonidos que me interesan en performances en vivo, me sirvo de dispositivos MIDI, teclados, una kalimba intervenida y plantas. Soy melómano, lo cual canalizo y sincretizo en mis sets como DJ.


HDA: ¿Cómo es tu proceso creativo?


Nico: Me interesa traducir formas de sentir y de pensar, dejar un poco de lo que me sucede y nos sucede en algo un poco más tangible que un pensamiento o una idea. Y si esto puede dialogar con algo que me guste escuchar o ver, mejor, busco acercarme a sonidos e imágenes que me atraigan, que se vinculen a mi modo de percibir el mundo.

Soy de investigar mucho en el proceso creativo, me involucro con las poéticas y estéticas que habito. Me sirvo del cruce con otros artistas e investigadores, el ida y vuelta, la charla, el compartir data me parece muy importante. Vivo con bastante intensidad los procesos, soy de esperar la obra, la idea, la poética y la forma, pero esa espera está llena de experimentaciones, acercamientos y contacto, no solo con lo que elijo trabajar sino también con la materialidad misma.


HDA: ¿Cómo surgen y cómo te relacionás con las diferentes materialidades de tus obras?


Nico: Mi vínculo con el sonido nace durante mi niñez a partir de la música, la escucha atenta y la búsqueda de colores que me interesaban, luego esta búsqueda se fue focalizando en frecuencias bajas de larga duración. Mi atención fue derivando a otros tipos de orden y matices del sonido, ambientes, paisajes, voces y ruidos. El silencio y su no existencia, son fundamentales para mis modos de pensar y actuar hoy en día. En mis intervenciones, también aparecen elementos de la naturaleza como ramas, hojas, plantas vivas y troncos, cosas con las que comparto mi cotidianeidad y las siento próximas. Las traigo a mis procesos intentando poner en valor su necesaria presencia. Generalmente produzco para un sitio específico, por lo tanto, estos materiales se encuentran en el posible lugar donde esté la obra.


HDA: ¿Cuáles son tus inspo?

Nico: Hace unos años vi por primera vez en una revista TV Garden de Nam June Paik, una obra que abrió mi cabeza a otras posibilidades en el arte. Los elementos que utiliza, la estética, poética y la forma en que ocupa el espacio atraviesan gran parte de mis creaciones. Hay artistas y filosofías a las que siempre vuelvo, Hiroshi Yoshimura y su música. Yan Jung y sus modos de pensar el sonido, Donna Haraway con su forma de ver y entender el mundo, y Richie Hawtin desde su estética sonora y visual. También me nutro de artistas con quienes compartí experiencias como Valeria Glibota, Corina Capcauskas, Romina Luz Garay, Cristian Cochia, Juan Sorrentino, Francisco Martina, Belén Rhode, entre otros.


HDA: ¿Qué lugar ocupa la tecnología en tu vida y en tu obra?


Nico: Mi acercamiento a la tecnología y las variables lúdicas de esta, aparecen en mi infancia a partir de los videojuegos, los cuales me parecían una experiencia total que se ocupaba de vincular varios sentidos, sobre todo los juegos de rol. Mi interés por el funcionamiento de estos sistemas, me llevo a formarme de manera autodidacta. Actualmente los dispositivos tecnológicos ocupan gran parte de mi tiempo de ocio y trabajo, me sirvo de sus posibilidades para concretar proyectos artísticos, culturales y humanos. Hay momentos en los que me parece necesario tomarse un respiro, sobre todo pensando en la tensión realidad/virtualidad, aunque considero importantes su presencia en nuestras vidas, ya que entiendo a las tecnologías como una extensión de las posibilidades humanas.


HDA: ¿Cómo fue tu experiencia en el espacio Hijas del Arte?


Nico: Fue placentero y enriquecedor pasar por Hijas del Arte, no solo como artista sino también como habitante de su espacio. Estar viviendo durante esos días en el lugar donde se montó la muestra, me permitió vincularme de manera más cercana, lo cual es muy necesario al trabajar sitio específico en mis intervenciones.

Al ir a exponer mis trabajos desde otra provincia, destaco la atención, producción y gestión por parte del equipo de Hijas. El trato hacia mis obras fue muy profesional, la curaduría y el montaje nos permitió acercarnos y poner en diálogo nuestros modos de entender el arte. Aparte de atender necesidades y factores particulares de la muestra, destaco el acercamiento humano en esos días de residencia.

En lo que respecta a la recepción, por lo participativo o interactivo de mis propuestas los espectadores se acercaron a comentar, preguntar y reflexionar desde diferentes puntos. Uno más poético, donde indagaron en la experiencia y el sentir, y otro más técnico donde preguntaron por las materialidades y el dispositivo.

Con Rox el diálogo fue fluido y ameno, abrió su obra y sensibilidad al contacto, lo cual nos permitió encontrarnos uno en la obra del otro, compartiendo procesos y creando uno nuevo para la muestra, ya que los dos encontramos similitudes en nuestras búsquedas. Al trabajar ambos site specific y usar elementos de la naturaleza, pudimos crear un mismo ecosistema.





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